


Una mujer mayor me habló un día de su pueblo. Lo describía con entusiasmo y a la vez con nostalgia por encontrarse lejos. Curiosa como soy, me interesé y la invité a contarme más detalles de Villasecino de Babia, un pueblo de la província de León que a no ser por esa señora, yo no sabría ni de su existencia. Saludos para ella que se encontrará en su querido pueblo.
He aprendido mucho de las personas mayores. Y he aprendido que de ellas se aprende mucho. Una señora me enseñó ha hacer ganchillo, cuando yo pensaba que esto no lo podría aprender nunca. Mi madre aún debe sorprenderse de ello, cuando de pequeña me apuntó a clases de costura y labores, y... me echaron por hacer de todo menos lo que tocaba hacer. Supongo que estas cosas acostumbran a pasar.
María me enseñó ha hacer ganchillo. Primero empecé haciendo bufandas, mientras mi hijo hacia los deberes (pues como yo de pequeña, era un caso, tengo que reconocer) no se podía apartar los ojos de él para que no se dispersase su atención en mil cosas diferentes. Con mucha paciencia (que he ido ganando a base de años), yo hacía bufandas al son de los ejercicios y deberes cotidianos. Ahora tengo un montón de bufandas pero también hago otras labores más elaboradas (aunque aún no puedo sacarle el ojo de encima a mi hijo, aunque parezca ya mayorcito).
María muchas gracias por tu aportación. Un recuerdo que perdura para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario