


Una señora mayor me habló de su juventud en Panamá, dónde iria a pasar sus últimos dias, donde se encuentran los arboles cuadrados, las ranas rojas, las islas de San Blas por donde se camina por las aguas recogiendo las conchas más maravillosas que se han visto. Los indios Kunas, las molas, los trabajos textiles de talco en sombra, las polleras,...
Sus recuerdos, tan emotivos para ella hicieron que me interesara hasta tal punto, que si algún dia me decido a travesar el charco, quiero visitar todas aquellas islas, ahora tan lejanas.
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